viernes, 8 de abril de 2011

AULA TGD

AULA TGD En el colegio tenemos una clase llamada “aula TGD”. La integran tres niños de E. Infantil con autismo, una profesora de pedagogía terapéutica y un cuidador. La forma de trabajar con estos niños es muy diferente a la de un aula ordinaria. La organización del aula, el tiempo dedicado a las actividades, y las actividades mismas, están adaptadas a las características y necesidades de estos tres niños. Estamos llevando a cabo unas jornadas de sensibilización y formación para toda la comunidad educativa sobre el alumnado sobre el autismo. Por esto incorporamos información sobre autismo y TGD que pueda ser de utilidad para que conozcáis y podamos entender un poquito más a las personas con autismo.

¿QUÉ NOS PEDIRÍA?

1. Ayúdame a comprender. Organiza mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura y no caos.

2. No te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. Siempre podrás relacionarte conmigo sí comprendes mis necesidades y mi modo especial de entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más.

3. No me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son pétalos que no pesan para ti, pero que puede ser una carga muy pesada para mí. Muchas veces no son la mejor manera de relacionarte conmigo.

4 .-Como otros niños necesito compartir el placer y me gusta hacer las cosas bien, aunque no siempre lo consiga. Hazme saber de algún modo, cuando he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos. Cuando tengo demasiados fallos me sucede lo que a ti me irrito y termino por negarme a hacer las cosas.

5.- Me resulta difícil comprender el sentido de muchas cosas que me piden que haga. Ayúdame a entenderlo. Trata de pedirme que puedan tener sentido concreto y descrita para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo.

6. -No me invadas excesivamente. A veces, las personas sois demasiado imprevisibles, demasiado ruidosas, demasiado estimulantes. Respeta las distancias que necesito, pero sin dejarme sólo.

7.- Lo que hago no es contra ti. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si me es difícil atender o hacer lo que me pides, no estoy tratando de hacerte daño.

8. -Soy un niño. Me gusta jugar y divertirme, quiero a mis padres, y a las personas cercanas, me siento satisfecho cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa.

9. No me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo tomar, una medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.

10.- Ni mis padres, ni yo tenemos culpa de lo que me pasa. Tampoco la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve de nada que os culpéis unos a otros. A veces, mis reacciones y conductas pueden ser difíciles de comprender o afrontar, pero no es culpa de nadie. La idea de culpa no produce más que sufrimiento en relación con mi problema.

11.- No tienes que cambiar completamente tu vida por el hecho de vivir conmigo. A mí no me sirve de nada que tú estés mal, que te encierres y te deprimas. Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor. Piensa que tu pareja tampoco tiene la culpa de lo que me pasa.

12. -Ayúdame con naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para poder ayudarme, tienes que tener tus momentos en que reposas o te dedicas a tus propias actividades. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientes como sometido a un peso insoportables. En mi vida he tenido momentos malos, pero puedo estar cada vez mejor.

13. -Mi vida puede ser satisfactoria si es simple, ordenada y tranquila. Si no me pides constantemente y sólo aquello que más me cuesta. Mi vida puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya. Podemos llegar a encontrarnos y compartir muchas experiencias.

Ángel Rivière Gómez